La izquierda y el Fascismo
Liberal Fascism es de esa clase de libros que desafían las ideas predominantes de su tiempo. Por ello, es probable que, más que criticado, sea marginado.
Dado que hoy en día el término fascista se suele emplear con cierta alegría, en general con intención peyorativa, me parece buena idea que Goldberg empiece hablando del auténtico fascismo, esto es, del engendrado por Benito Mussolini en Italia al término de la Primera Guerra Mundial.
Los fascistas eran unos grandes enemigos del individualismo, especialmente cuando entraba en relación con la economía de libre mercado. Así, defendían el salario mínimo, la imposición de restricciones a la acumulación de beneficios, la progresividad en materia recaudatoria, así como que las escuelas fueran "estrictamente laicas".
A diferencia de los comunistas, los fascistas no pretendían que el Estado asumiera la propiedad de los medios de producción. En este punto, se conformaban con que el Estado llevara la batuta en el mundo de los negocios. Por lo demás, respaldaron la "política industrial" mucho antes de que los progresistas norteamericanos acuñasen tal expresión. De hecho, el programa económico fascista se parecía mucho al de los progresistas. De hecho, los progresistas norteamericanos y británicos de los años 20 reconocían el parentesco entre sus ideas y las de Mussolini, que llegó a ser objeto de veneración para buena parte de la izquierda.
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